miércoles, 28 de abril de 2010

¿Por qué hacer historia? Es acaso que está superada y la real necesidad de mirar hacia atrás está claramente superada por la necesidad de proyectar un futuro?

Claramente el flujo del tiempo no será detenido, la verdad histórica es inalcanzable para quienes no sean carpinteros judíos o mercaderes árabes y simplemente encontrar el gusto para todos en pequeños, abordables y simpáticos libros de anécdotas es imposible. La ciencia histórica es finalmente un círculo de interpretaciones, reinterpretaciones y regeneraciones de temáticas, nada nuevo, pero tampoco nada viejo, simplemente numerosas visiones de diferente interés, así como cualquier expresión artística, la historia se transforma, se banaliza o se sacraliza.

Continuar la senda de aquellos chamanes del tiempo es un hobby, una forma sencilla de ganarse la vida y finalmente una misión capital que nadie ha pedido. No creo las patrañas de la necesidad de conocer el pasado para generar un futuro, sino más bien creo en la curiosidad propia y en la morbosidad de saber que pasó antes, comprender, reconocer y aprehender son cosas utópicas, por lo menos por ahora, por lo menos por hoy.

¿Tan peligrosa es la piedra de la locura?

¿Tan peligrosa es la piedra de la locura?