miércoles, 24 de diciembre de 2008

Saturnales

Si el miedo y la tristeza se prolongan, es melancolía.
Hipócrates de Cos. Aforismos

Las fiestas por lo general poseen ese sentido de unidad tan deliciosamente humano, la aparición de ese sentimiento de cercanía entre diferentes seres muchas veces ajenos unos de otros es definitivamente una paradoja dentro del sentido común de este homo sapiens.
No niego cierta benevolencia en el actuar general del hombre. Así como tampoco niego una real maldad que muchas veces se oculta bajo los comportamientos menos oscuros de ser. Simplemente digo que la navidad –por ejemplo- oculta en realidad mucho más de lo que realmente debe.
Amamos a nuestros amigos y tratamos de hacerlo con nuestros enemigos (si es que ese término todavía puede usarse hoy) más a fin de cuentas no mucho cambia al otro día, ya sea por la mantención orgánica de un sistema en la sociedad o simplemente por la incapacidad de tener un sentimiento completo desde y hacia una persona ajena a la propia existencia singular. Por tanto no me extraña que muchas veces las celebraciones exaltando el grupo, la unión y en general el ser plural no sean más que afirmaciones de la singularidad.

Damos demostración de que queremos a los demás sino para demostrarnos de que somos personas sumamente buenas. Queremos amar a los otros para sentirnos ajenos a la realidad común del hombre como ser egoísta, nos convencemos que somos buenos. Lo peor de todo es que nos creemos nuestras propias mentiras.

Somos esencialmente melancólicos por tanto. Más allá de una realidad apolínea o dionisiaca en el hombre lo que temo es que la bilis negra nos ahoga por dentro. Ya sea debido al miedo crónico en nuestra sociedad de llegar a ser malvado –no importa la concepción de mal, sino el hecho mismo de serlo- y claro, la tristeza que significa la imposible felicidad plena, ya sea por que durante la vida mortal esta es inexistente o simplemente por que la realidad tiene un matiz existencial tan grueso que nubla todo con una densa capa de realismo.

No se si Hipócrates tuvo suerte encontrando una real cura a la melancolía, lo que sí se es que el humano actual a pesar de sus adelantos, su poderosa técnica teme mucho más a lo que le da seguridad y evitando un balance simplemente evitó lo inseguro, por tanto ya ni los lobos deambulan por nuestro bosque cubiertos de nieve (que tristemente sólo cae en santiago un calido verano, específicamente la noche del 24 al 25 de diciembre)

A pesar de todo es navidad, dejemos que una felicidad nos embargue por unos minutos. Si ya están llenos de esa densa bilis negra un poco de alegría no será malo.


Felices fiestas!

4 comentarios:

Laire dijo...

hola; normalmente,por un sentido de reciprocidad, a los que me comentan en mis entradas del blog les regreso la acción comentándoles en el suyo, y casi siempre lo hasgo con un sentido plenamente del deber. Sin embargo, al leer el título de su blog, algo en su sustantivo y su respectivo adjetivo me atrajo a darle click y encontrarme con su entrada de "Satunarles".Bueno, después de mi "breve" introducción justificante, pasaré al comentario de su entrada...
Bien, es cierto que la mayoría de las personas, al notar la maldad de las otras, tienen una cierta tendencia a recordarse lo buenas que son; no sé si esté mal o bien, ya que esos términos son tan relativos, usaré otros más adecuados; práctico o no, reconocer la maldad ajena y aferrarse a la bondad propia podría manifestarse como un intento de autoreconocimiento como un ser único y especial en contraste con los otros, y pienso que sin ese afán de sentirse único, muchos de los grandes se hubieran perdido en el mar del vulgo, o de una manera más humana, se hubieran perdido en las masas.
Pasando al tema de la melancolía... es cierto que los humanos naceos con cierta tendencia a ésta, ya sea por el hecho de que la mayoría vino al mundo solo y así se irá... Claro está que hay personas que acallan ese sentimiento invadidor y lento que llevan dentro, pero con ésto sólo lograrán estar más tristes el día que mueran, puesto que personas como yo, podría decirse, tendientes a la melancolía casi a diario (con excepciones) el día de su muerte podrían sentirse justificadas al saber que termina. CLaro que puede ser una excusa mía para justificarme, pero así es como yo opino...
De todas maneras, ¡Felices fiestas!, no hay nada de malo dejarse llevar de vez en cuando y más si es para un poco de autosatisfacción.
Malina De la Rosa

000 dijo...

navidad es una de las festividades que más aprecio, pero no por esa felicidad que se dice suele venir con ella, sino justamente porque es una de las expresiones de melancolía más patentes que me ha tocado vivir por años.
Es como el cuento de Dickens, de aquel famoso avaro que es visitado por fantasmas de navidades, pasadas, presentes y futuras...
La melancolía juega justamente con la mirada nítida de los que creen que la navidad debe ser el momento de reflexión para intentar que esa "pretendida" bondad, abunde por unos meses más, como algo más que una pretensión o que una mera conveniencia.

Hernán Koala dijo...

Que interesante tu punto de vista...Creo haberlo escuchado antes, cuando el Lobo nos contó de un alumno suyo que opinaba de forma similar... Pero no sé, no me convence. Me parece demasiado individualista para aplicarlo al general de la gente. Demás que algunas personas, o muchas, actúan guiadas por un egoísmo inconsciente, pero no sé si todas... Siento que le quita valor al legítimo altruismo que uno puede sentir.

Francisco dijo...

Bueno, sólo tengo que decir que la navidad me había parecido -casi toda mi vida- la festividad más bella de todas. Cuando tenía una conciencia y vida plenamente católicas, intentaba vivir la fiesta en su real sentido, pero con los años me he dado cuenta de lo imposible que eso es. No tenemos vida festiva y nuestra sensibilidad parece muerta y, por lo mismo, más superficial que en otros lugares. Por lo mismo, cada día que pasa odio más la navidad, puesto que ya no contiene un mensaje con carácter ontológico, como sí lo es para sólo algunos cuantos. De este modo, la melancolía -no sólo navideña- se ha establecido como una enfermedad crónica en nuestra "sociedad".

¿Tan peligrosa es la piedra de la locura?

¿Tan peligrosa es la piedra de la locura?